Los océanos ocupan el 71% de la superficie terrestre, contienen el 97% del agua del planeta y son el hogar del 80% de la vida en la tierra.
Son el hábitat donde se produce el 85% del oxígeno que hay en la atmósfera, fabricado por el fitoplancton, y por lo tanto, el primer nivel de cualquier cadena trófica.
El acúmulo de desechos humanos de plástico y la sobrepesca están poniendo en riesgo el mantenimiento de este ecosistema del que depende en gran medida la regulación de la temperatura terrestre y la obtención de alimento para gran parte de la humanidad.
Islas de plásticos
En los años 50 y 60, los gobiernos creían que los océanos serían capaces de hacer desaparecer los plásticos.
El plástico es un material que fue creado para perdurar, y efectivamente, lo consigue.
En la actualidad las corrientes marinas han creado 5 acúmulos conocidos de toneladas de microplásticos, que ponen en jaque las redes tróficas.
Los animales que se alimentan del mar, sean peces, crustáceos o aves, no distinguen a sus presas de los minúsculos trozos de plástico a medio descomponer, por lo que se los tragan y, como no los pueden digerir, se les acumulan en el aparato digestivo hasta que mueren por ello.
Como consumidoras/es está en nuestra mano disminuir los residuos plásticos, pero debemos tener en cuenta que el 46% de los desechos plásticos del océano provienen de redes y aparejos de pesca.
Sobrepesca
La pesca comercial mata 5 millones de animales cada minuto. La mayoría de peces han caído en picado hasta casi la extinción. Es el grupo animal con mayor riesgo de extinción.
Si esto sigue así, en 2048 no quedará nada que pescar.
Pesca incidental
A pesar de lo que se pueda pensar, la mayoría de las piezas pescadas no sirven para alimentar a nadie. Toda pesca implica la caza de peces no deseados e incluso aves marinas. Se trata de “daños colaterales” de la pesca incidental.
De las diferentes técnicas de pesca, la más usada ( un 40% de las capturas mundiales) es la técnica de arrastre. Consiste en un gran saco de malla con forma de embudo, dividido en dos mitades. El tamaño de malla va decreciendo desde la boca de la red hasta el copo, que es por donde se cierra el embudo para acumular las capturas. De cada una de las alas de la red salen unos cables y unas “puertas” que son unas piezas de madera o metálicas, que mantienen la boca de la red abierta mientras es remolcada por el barco pesquero.
Con esta técnica se caza todo animal que está presente en el fondo marino por donde pasa la red. No hay selectividad ninguna y, además, destroza el fondo y las comunidades pelágicas que lo habían colonizado. La pesca de arrastre destruye 3000 millones de acres de fondo marino, además que pesca todo lo que encuentra, sea comestible para los humanos o no.
Consecuencias de la sobrepesca para el planeta
Entre las especies asesinadas sin ninguna utilidad están los depredadores; las tortugas, los delfines y los tiburones.
Cuando se sobre pescan los depredadores, afectan a las aves marinas que suelen acompañarlos en la caza, ya que hacen subir los bancos de peces pequeños, que son sus presas.
La disminución de peces en el mar repercute en la muerte del coral, porque se quedan sin el aporte alimentario en forma de deshechos de los peces.
Cuando los peces suben y bajan por la columna de agua del océano, están contribuyendo a la absorción del calor, disminuyendo el sobrecalentamiento global, también movilizan el carbono para que quede retenido en el océano, y no en la atmósfera.
Etiqueta Dolphin-Safe
La etiqueta “dolphin-safe” que se puede encontrar en algunos envases de atún, quiere indicar que la pesca no ha dañado ningún delfín accidentalmente. Este marcaje pretende promover métodos de pesca que eviten la captura incidental de tiburones, tortugas, atunes juveniles, aves marinas y otra vida en el mar.
La teoría es muy bonita, pero la realidad es otra. Se sabe que el sistema actual no es transparente, no recibe seguimiento ni verificación de las técnicas empleadas por cada flota atunera participante. Hay evidencias de que los pocos inspectores que hay han recibido amenazas, extorsiones o sobornos para no denunciar las malas praxis.
La conclusión es que esta etiqueta no es más que un lavado de imagen y otro engaño más a las/os consumidoras/es.
¿La piscicultura es una solución a la sobre pesca?
Hemos visto que el exceso de pesca está esquilmando los océanos, y si seguimos así, no habrá nada que comer de origen marino, además de los demás problemas ecológicos y climáticos que supone la extinción masiva de animales marinos.
En este punto nos podríamos plantear qué papel puede jugar la piscicultura como solución a esta problemática.
VENTAJAS ECOLÓGICAS DE LA PISCICULTURA
- no tienen pesca incidental
- no permiten la pesca ilegal
- no dañan el fondo marino
- no matan especies protegidas
- permiten condiciones de trabajo aceptables (no como lo pescadores esclavos de las pesqueras asiáticas)
Parece lo ideal, ¿verdad? Pues, lamentablemente, no es la solución perfecta. La inmensa mayoría de piscifactorías alimentan a sus peces con otros peces, en forma de harina y aceite de pescado, al nivel de gastar 1.2 kg de pescado para producir 1kg de pescado, algo totalmente absurdo.
En este sistema, los peces viven en una jaula dentro del mar, lo que, además de representar una existencia lamentable, también incrementa el riesgo y expansión de enfermedades de estas poblaciones.
La verdadera solución para regenerar los océanos
No hay pesca inocua para el ecosistema marino. Los océanos son capaces de regenerarse, incluso más rápidamente que los ecosistemas terrestres, pero necesitan un respiro.
Si dejas de comer pescado te ahorras comer mercurio y otros metales pesados tóxicos, dioxinas, hexaclorobenceno, microplásticos y bifenilo policlorado. También lograrás que los gobiernos dejen de destinar 35000 millones de dólares al año a subvencionar a la industria pesquera.
Actualmente solo hay 0.5% de áreas marinas protegidas sin pesca. Ampliando las moratorias de pesca, en tiempo o en espacio, lograremos que las redes tróficas se recuperen, mejorando el estado global del planeta y asegurando que las próximas generaciones y las comunidades costeras pobres puedan alimentarse de animales marinos.
Se puede mantener una dieta equilibrada sin pescado. Los ácidos grasos omega 3, que se suelen adjudicar al pescado, realmente no los fabrican los peces, sino las algas.
Échale una mano a los mares y océanos y reduce tu consumo de pescado.