Viajamos para conocer lugares maravillosos que hemos visto en fotos, sin darnos cuenta que en sí, la manera como viajamos, lo que hacemos allí y cómo consumimos cuando estamos en el lugar visitado, lo pone en peligro. No lo hacemos intencionadamente, pero es necesario poner conciencia para evitar el daño. Cuando compramos una botella de agua y una bolsa de patatas, debemos tener en mente que no todos los países tienen infraestructura para gestionar estos residuos que vamos a dejar, y no es raro ver, en la mayoría de países, zonas inundadas de plásticos, cerca de las áreas turísticas.
Viajar de manera sostenible implica más planificación, y la pérdida de algunas comodidades, pero hay que intentarlo por respeto al planeta y a nuestro país anfitrión.

El movimiento flyg skam
Flyg skam es una palabra de origen sueco que que significa, literalmente, “vergüenza a volar”. Quienes apoyan este movimiento, que ya se ha internacionalizado con la creación de la plataforma Stay Grounded (quedarse o permanecer en tierra), donde explican las consecuencias medioambientales que un solo vuelo puede tener en la atmósfera. Para contrarrestar esta fuerte emisión de gases de efecto invernadero, muchas personas han decidido dejar de volar en favor de otros transportes menos contaminantes como es el caso del tren.
Alternativas a volar en avión
Primeramente, decide si es completamente imprescindible viajar en avión. En Europa tenemos esa predilección, por el ahorro de tiempo que supone y el bajo costo. Esta costumbre ya nos está pasando factura, sobre todo al 90% de la población mundial que no ha viajado en avión nunca.
Antes de embarcarte en una epopeya de miles de kms, ¿estás completamente segura que le has sacado todo el jugo a tu propio país? Es muy común preguntar por un lugar monumental a un lugareño y que éste conteste que no lo ha visitado nunca. Si la vida nos ha hecho nacer en un sitio, será que hay que aprender algo en él, o por lo menos intentarlo.
También te animo a hacer los desplazamientos cortos en el transporte público local, que a menudo, puede significar una experiencia destacable del viaje.
La pandemia del COVID ha representado un campo de experimentación también sobre el turismo. Debido a la imposibilidad de viajar fuera de nuestras fronteras, la gente ha probado a hacer turismo nacional, desplazándose entre las distintas regiones en tren, un transporte cómodo, de fácil acceso, flexible, económico y mucho más sostenible y comprometido con el medioambiente que el avión.
Veremos si cuando la pandemia se dé por superada, habremos aprendido algo y adaptado nuestro modo de vida hacia un modelo más ecológico.
Una aventura llamada Interrail
El Pase Interrail es un billete de tren con el que puedes viajar en casi todos los trenes de Europa. Con él tienes acceso a 40 compañías ferroviarias y de ferris en 33 países.
El pase original se denomina ahora Interrail Global Pass, mientras el Interrail One Country Pass permite viajar en un solo país. En ambos casos, se excluyen los viajes en tren en el país de residencia. Las personas no residentes de Europa pueden viajar con el pase Eurail.
Además, este pase te proporciona descuentos en hoteles, atracciones turísticas, museos, restaurantes, tiendas, agencias turísticas, servicios de alquiler, ferries, etc.
Ideas para hacer turismo sostenible
1- Desplázate en tren. Es sin duda, el medio de transporte más ecológico, después de la bici. Si no hay tren, prueba el transporte público. Puede ser de lo más divertido.
2- Prioriza el turismo cercano. No dejes de sorprenderte por la riqueza natural y cultural que hay en tu propio país o en los vecinos.
3- Prueba los sabores autóctonos. Uno de los puntos más atractivos de viajar es poder probar los platos típicos, así que anímate a probar todos los que puedas y así incentivar el consumo de alimentos de proximidad. Ya tendrás tiempo para las pizzas y las hamburguesas cuando vuelvas.
4- Cantimplora y fiambrera siempre a punto. Pon una botella en la mochila, y una fiambrera para los puestos de comida callejera. Así reduciremos el uso de envases, cubiertos y pajitas de plástico. Hay algunos países donde el agua no es potable, en esos casos puedes usar pastillas potabilizadoras y filtros o acordarte de rellenar tu cantimplora con el agua que te sirvan en el hotel o restaurante.
5- Reutiliza los amenities (productos de acogida en los hoteles). Todas/os nos hemos llevado los botecitos de champú y gel de algún hotel. Pues bien, ya que los has cogido, re-aprovéchalos cientos de veces. Rellénalos con tu champú de casa y llévalos contigo a los viajes. También puedes optar por usar champú y jabón sólidos, que suelen venderse envueltos en material más amigable para el planeta.
6- Evita las atracciones con animales. En algunos países los explotan, para que te hagas fotos con ellos o te subas en ellos. Merecen vivir en su hábitat y en libertad. Si quieres interactuar con ellos, es mucho mejor que los visites en una reserva o santuario real.
Cualquier cambio cuesta, pero te animo a que vaya minimizando tu impacto en cada viaje. Verás que compensa.