La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura) es el organismo internacional especializado en actividades para erradicar el hambre. Publica cada año su informe sobre el nivel de malnutrición global y causas de ésta. De acuerdo con la FAO, un tercio de los alimentos producidos anualmente para el consumo humano, son desechados. Identifica como causantes, en general, a la falta de coordinación entre los actores de la cadena de suministro de alimentos: agricultores, manipuladores, procesadores, distribuidores, comerciantes y consumidores.
Consecuencias ambientales del desperdicio alimentario
Disminución de la biodiversidad
Como el 20% de la producción acaba en la basura, la industria alimentaria tiene que producir continuamente más y más comida. Eso revierte en pérdida de masa forestal y praderas naturales para convertir cada vez más hectáreas de tierra en campos de monocultivo. De esta manera, se sustituyen las especies salvajes por las mismas plantas de siempre, con las que nos alimentamos.
Es lo que está pasando en el Amazonas, se tala la selva para plantar soja, para alimentar el ganado, cuya carne consumirán en los países ricos. En el proceso, miles de especies vegetales y animales habrán perdido su hábitat y muchas de ellas se extinguen cada día.
Agotamiento de recursos
Los ecosistemas naturales cuando llegan a su madurez alcanzan un equilibrio, producen la misma cantidad de agua, carbono, sales minerales y oxígeno que consumen. Al alterarlos, con la tala de ejemplares nativos y plantación de especies que no son propias de ese ambiente, lo que conseguimos es un sobreconsumo de los recursos.
Lo vemos en las zonas hortícolas sobreexplotadas que están dejando los acuíferos cercanos vacíos, como está pasando en el parque natural de Doñana, y, como también han empobrecido la tierra, abusan de los fertilizantes químicos y contaminan la costa (véase el estado actual del Mar Menor).
Producción de GEI
Se estima que el 27% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) está provocado por la producción de alimentos, sobre todo por la carne de vacuno y de otros animales. Sobre este tema ya hablamos en profundidad en el artículo anterior “el Desperdicio carnívoro”.
Acciones Eco para evitar el desperdicio alimentario
- Come sólo lo que necesites. Si tienes ansiedad, ve al psicólogo o al gimnasio, no a la panadería.
- Ve al supermercado con el estómago lleno. Si tienes hambre, comprarás más de lo que necesitas.
- Planifica los menús de la semana, entonces podrás hacer la lista de la compra y ceñirte a ella.
- No confundir fecha de consumo preferente con fecha de caducidad. Ese yogur tiene más vida útil de la que aparenta.
- Consume frutas y verduras de temporada. Ya te hincharás de maracuyás cuando te vayas de vacaciones. Traerlos hasta aquí es un crimen para el planeta.
- No pidas perfección a la fruta. Aunque sea fea, es igual de buena.
- Compra los excedentes, que además son más baratos. Muchos supermercados ponen en oferta los alimentos próximos a caducar. También lo hacen las paradas de mercado a última hora y, sobre todo, el sábado al mediodía.
- Usa Apps de aprovechamiento de excedentes como Too Good To Go o Gratix.
- Compra comida sin intermediarios. Ve a mercados ambulantes, los paradistas son también los agricultores.
- Únete a una cooperativa de consumo. Cada vez hay más, podrás conseguir productos de calidad a precios más asequibles, además de beneficiar a pequeños productores y participar en una economía más social y ecológica.
- Aplica recetas de re-aprovechamiento de restos: platos como las migas, gazpacho, sopa de ajo, torrijas, pudding, etc, se inventaron para aprovechar restos de alimentos a punto de desperdiciarse.
- Sobras de verduras → caldos, sopas, purés, pizza, salmorejo.
- Sobras de frutas → batidos, mermeladas, macedonia.
- Recortes de carnes y pescados → caldo, guisos
- Aprende técnicas de conservación, como las mermeladas, los adobos, salazón, deshidratación, etc.
- Participa de acciones solidarias como recaudar alimentos para el Banco de Alimentos, Mercat Solidari, Espigoladors.