¿Cómo medir la calidad de vida?

Cada año aparece la lista de los países más felices del mundo. Este ranking se establece basándose en datos como el PIB, la esperanza de vida, la generosidad, la libertad o, incluso, cómo afecta la corrupción a las personas. Analicemos si son suficientes estos parámetros para determinar el nivel de vida de una población.

La medida del PIB

Hace ya 50 años, Robert Kennedy pronunció un discurso en el que criticaba la obsesión por el crecimiento económico medido por el Producto Interior Bruto (PIB).

No tiene en cuenta la salud de nuestros hijos la calidad de la enseñanza o la alegría de sus juegos. No abarca la belleza de nuestra poesía ni la solidez de nuestros matrimonios, la inteligencia de nuestros debates públicos ni la integridad de nuestros funcionarios. No mide ni nuestro ingenio ni nuestra valentía, ni nuestra sabiduría ni nuestra cultura, ni nuestra compasión ni nuestra entrega.
En resumen, [el PIB] mide todo menos lo que hace que la vida merezca la pena.
R. Kennedy
Robert Kennedy
Senador de los EEUU (1964)

Medidas alternativas para medir el bienestar

Políticos posteriores han propuesto otras medidas como:

  • El bienestar general (BG). Esto significa favorecer las energías renovables y las políticas que apoyan a la familia.

  • Índice del planeta feliz (IPF). Evalúa la eficacia con que los recursos naturales escasos se convierten en bienestar humano, medidos por los niveles de esperanza de vida y satisfacción. Esto demuestra que se puede tener una vida larga y feliz sin consumir los recursos de la Tierra a un ritmo demoledor.

En las últimas décadas hemos experimentado una prosperidad inédita, pero parece extenderse la sensación de vacío interior y la ausencia de relaciones definidas y estructuras sociales sólidas. Se ve, por ejemplo, en las cifras de consumo de drogas y de antidepresivos.

En la práctica, el encuentro con la riqueza no nos ha otorgado la satisfacción de nuestros anhelos más profundos. La calidad de vida es más que la cantidad de poder adquisitivo.

Propuestas de futuro para el bienestar

El cambio climático puede significar la chispa que encienda una nueva estrategia de vida. Supone una serie de retos como sobrevenir a una decadencia económica, un cambio de dieta, del tipo de construcciones, de fuentes de energía.

Si la mayoría de ciudadanos nos responsabilizamos de nuestra porción de impacto ambiental, y actuamos para mitigarlo, podemos revertir la situación actual.

El objetivo de Crecimiento 0

En 1972 el Club de Roma publica un informe, bajo la dirección de D. H. Meadows en el que explica que, dadas las limitaciones de los recursos naturales, la degradación del medio ambiente y la presión demográfica, el ritmo de crecimiento que ha existido en el pasado no es sostenible en el futuro y proponen como objetivo para el futuro inmediato, al objeto de alcanzar un estado de equilibrio duradero, no aumentar la renta per cápita o producto nacional neto por habitante.

La idea de que la solución al desequilibrio ambiental que tenemos es el freno a la expansión demográfica y económica, aparece intermitentemente.

Veamos qué pasa en la naturaleza

Curva de crecimiento bacteriano

Esto es la representación gráfica del crecimiento bacteriano. En condiciones naturales siempre se cumple este modelo. Primero hay una fase de adaptación al medio, cuando cae la primer individuo en un nuevo lugar. En una segunda fase, se reproduce exponencialmente, si las condiciones son favorables. Luego llega a un momento en que se llega a una cantidad importante de individuos, demandantes de materia orgánica, agua y aire, que se limitan mutuamente el crecimiento. Esta fase estacionaria puede alargarse indefinidamente, mientras haya aporte continuo de alimento y los residuos vayan lavándose. En caso contrario, se llegaría a la fase de muerte.

Otro ejemplo con la producción de oxígeno de un bosque.
producción O2 forestal
Comparación entre los flujos energéticos presentes en una sucesión de microcosmos y una sucesión forestal. Pg es la producción bruta, Pn es la producción neta; R es la respiración total de la comunidad; B la biomasa total.

Nuestros estados, empresas, compañías, etc, todos tienen el objetivo de crecer más y más, dicen que para expandir la riqueza.

¿No sería mejor intentar imitar a la naturaleza y, tras un crecimiento exponencial como el que hemos experimentado en el último siglo, pretender llegar a un equilibrio entre lo que gastamos y lo que producimos?

¿Estaríais dispuestas/os a frenar la expansión demográfica y la economía hasta ponerla a cero para reducir el impacto ambiental sobre los recursos naturales?

Principios para una buena vida

Todos conocemos casos de personas con éxito económico que no parecen muy felices. El dinero soluciona las necesidades materiales, pero conseguir una vida placentera va mucho más allá del consumo. Aquí dejo un listado de propuestas útiles:

  • Date un paseo. Vivir bien es pasear por una zona verde. No sólo levanta el ánimo, también mejora la salud física y psíquica cuando se hace con regularidad.
  • Disfruta las pequeñas cosas buenas. Dedícale un tiempo a recorrer tu barrio, te sorprenderás descubriendo sitios nuevos interesantes. Comienza un nuevo pasatiempo, sencillo y barato, y comparte el fruto de tu esfuerzo. Nada supera la experiencia de compartir unas copas de vino y una charla con amigos.
  • Ten menos, haz más. Pensamos que tener el siguiente cachivache de nueva generación nos hará más felices, pero luego nos sentimos cada vez más insatisfechas/os con nuestras posesiones. La garantía de satisfacción está en compartir momentos y experiencias con los seres queridos.
  • El tiempo vale más que el dinero. Es muchísimo más valioso, nadie añora los 40 años de trabajo cuando está en su lecho de muerte. Haz un diario o un Excel de en qué ocupas tu tiempo y cuantifica qué porción de éste has disfrutado. Así tendrás una medida del nivel de satisfacción con tu estilo de vida.
  • Haz planes de futuro. Las personas que se marcan objetivos claros y avanzan hacia ellos tienen mayores niveles de bienestar que aquellas que dejan pasar los días. Trabajar por una meta a largo plazo, aunque nunca se llegue a alcanzar, es más satisfactorio que la gratificación a corto plazo que da, por ejemplo, una compra.
  • Reduce, reutiliza, repara y recicla. Esta norma de gestión de los residuos es aplicable a todos los objetos materiales de la vida. La satisfacción de encontrar un tesoro en un mercadillo de segunda mano es mayor que la de adquirir un producto best-seller. Cuando compres algo nuevo, mira a largo plazo. Busca objetos de materiales durables.
  • Usa energía sostenible. Apuesta por la energía verde, y si puedes, prodúcela tú misma/o. Piensa en la tranquilidad de saber que estás vendiendo energía a la red nacional, y por lo tanto, estás protegida/o contra las subidas de tarifas.
  • Pide autenticidad. Busca la singularidad, el carácter y la individualidad que conecte con una persona o un lugar únicos. Huye de los productos anodinos, fabricados en masa por una multinacional y combate la epidemia de ciudades clon por todo el mundo, resultado del exceso de franquicias.
  • Desarrolla tu creatividad. Encuentra tu arte. Todo el mundo tiene el suyo. Aprende y disfruta de él, tocando un instrumento, dibujando, escribiendo un blog. Descubrirás tu lado creativo y te conocerás más a fondo.
  • Come bien. Regálate comida orgánica, producida cerca de tu residencia. Averigua cuales son los productos de temporada y saboréalos a lo largo del año. Te mereces lo mejor, puedes comer menos cantidad, pero no escatimes en calidad.

Descárgate los Principios para una buena vida en pdf
Poster buena vida

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